¿Que es lo que le ocurre al ser humano cuando esta disfrutando de una obra maestra?. ¿Cual es la formula mágica que le provoca el no abandonar los fotogramas de una película, las viñetas de un tebeo o las notas musicales de una canción?, ¿como se consigue tal propósito?.
Llevo unos cuantos días leyendo el manga de "Bakuman" y tengo varios momentos en los que casi lloro de la emoción no por que sea depresivo, ni por la historia de amor tan irreal. Es sin duda por el grandisimo trabajo que hace el señor guionista, conocido como Tsuguimi Ohba (del que por cierto no se sabe absolutamente nada de el, solo que vive en Tokio y que acostumbra a escribir sus historias de rodillas) y por el maravilloso trabajo de Obata a los lapices y la tinta. Es un momento en el que se alcanza un éxtasis casi religioso, donde te levantas de la silla y gritas "¡¡PERO QUE JODIDOS GENIOS!!" y empiezas a soltar miles de millones de alabanzas.
Cuando esta sensación acaba y vuelves a sumergirte en la frenética lectura, te das cuenta de que tu también quieres ser así, que tu también quieres provocar ese tipo de momentos. Crear ese tipo de personajes, ambientes, situaciones e historias.
Este es uno de mis principios, si algún día me olvido de esto, recordádmelo mas tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario