lunes, 23 de junio de 2014

To Aru Majutsu No Index



Ah, el anime y el manga. En un principio yo detestaba ver este tipo de animación y comic por el simple hecho de que seguía prefiriendo mil veces a Batman, Joker, Kick Ass etc. etc. antes que ver a esos rostros de ojos grandullones. Nada de este mundillo me llamaba la atención. Hasta que un día de febrero de 2011 mi hermana me hizo sufrir viendo Elfen Lied y eso cambio completamente mi percepción de los ojos grandullones.

Si, ya se que muchos diréis que Elfen Lied es la mierda mas sobrevalorada del mundo y quizás tengáis razón. Pero por aquel entonces yo era un chavalin inocente y acabo sorprendiéndome  por que no se cortaba ni un pelo en mostrarte la parte mas violenta del ser humano (y no únicamente a base de cercenar miembros ajenos) y su historia era capaz de  hacerte amar a un personaje en un capitulo y odiarlo hasta la muerte  en el siguiente. Pero no estamos aquí para hablar de los Diclonius y sus vectores. En las vacaciones de navidad he tenido la oportunidad  de encontrarme un anime shonen que no me ha sorprendido pero si me ha enganchado como nunca. To Aru Majutsu No Index.



La traducción exacta es "Un cierto índice mágico" y se trata de una adaptación animada de unas novelas ligeras que comenzaron a publicarse en 2004. Al igual que en todo shonen tiene que estar presente una mitología que llame la atención al espectador/lector, dentro de esa mitología encontramos a personajes puede que demasiado planos o llenos de una carisma y una moralidad dudosa y todos estos personajes conforman una historia que normalmente suele ser "Buenos VS Malo"....

Esto ultimo no es exactamente lo que ofrece To Aru. Pues la historia que presenta tiene dos bandos pero no son ni buenos ni malos ni están en constante  lucha. To Aru habla exactamente de la relación entre la ciencia y la religión y es capaz de ofrecer dos mundos completamente diferentes sin llegar a enfrentarse. Los dos con una mitología y unos personajes propios, los dos con sus propios enigmas y tramas. El ritmo narrativo de la serie se centra en varias tramas que van repartiéndose entre los dos mundos.

Eso es por lo tanto un elemento bastante original que ya me animo a ver la serie pero además a medida que se va desarrollando la trama no encontramos ni un solo momento donde las hostias, las estructuras endebles y los poderes super poderosos  sea el centro de atención. Hay combates, si pero precisamente estos duran lo que tienen que durar y no se alargan hasta el infinito y mas allá como es el caso de algunos animes o mangas que triunfan tanto en Japón como Occidente.

En cuanto a los personajes. El protagonista es un tipo normal y corriente que de la noche a la mañana se encuentra envuelto en un conflicto mágico verdaderamente peligroso. Y cuando quiero decir "un tipo normal" me refiero a un estudiante que lo única característica especial es tener mala suerte en todo  (además de sus puñetazos) y que normalmente siempre acabara en una camilla de hospital. Después tenemos a una monja cuyo comportamiento es parecido a la de una niña de 10 años, que tiene un hambre voraz. Algo caprichosa y celosa pero ante todo es un personaje al que el espectador le acabara cogiendo mucho cariño. En serio, si no queréis a Index después de terminar la serie. No tenéis corazón.

Los secundarios van y vienen. Unos pueden aparecer únicamente unos minutos en un solo capitulo y otros llegan a protagonizar arcos  acojonantes. Tenemos por ejemplo a una estudiante de gran carácter e inocencia, otra cuya obsesión (o cariño) por la anteriormente mencionada roza el delirio, la locura, una profesora de 30 años que tiene la apariencia de una niña de 6...

¿Y la trama?. Pues siento decirte que en To aru no hay una trama en concreto. Esto es algo típico en los shonens a menos que el protagonista tenga un objetivo que quiera cumplir ante todo. En To Aru esto no es así. Se va narrando el día a día del personaje protagonista y su relación con "su nueva amiga". Por supuesto que hay conflictos pero al igual que los combates duran lo que tienen que durar. Sus arcos argumentales (centrados en el lado religioso y en el lado científico) se van desarrollando con muchisima intensidad y únicamente tardaremos unos 3 o 4 episodios en saltar a una nueva trama. Esto produce dos efectos. El primero, es que puedes decir muchas cosas de To aru (" no me gusta como acaba el pobre del protagonista"/ ¿un papa cazamonjas  que coño es eso?/ la abuela fuma) pero jamas puedes decir que aburre. Un día ves el primer episodio, al día siguiente dos, al día siguiente tres. Termina una trama y ya estas deseando ver que pasara. La serie engancha de una manera brutal y un día cualquiera acabaras terminandola y llorando por que no hay mas.

El segundo no es precisamente una cualidad. Imagínate que cada semana entras en tu restaurante favorito y disfrutas con cada uno de los platos que conforman un menú. Dentro de unas semanas hay un nuevo menú listo para que tu lo disfrutes y tu siempre entraras con gusto. Pero llega un día en el que el menú pasa de ser un plato exquisito a convertirse en una hamburguesa grasienta con patatas que debes ingerir cuanto antes. La mitología que presenta cada nuevo conflicto esta bastante mal explicada. Esto puede producir confusión y desorientación para el espectador (pues no hemos acabado de digerir toda la información) pero no pasa nada pues para eso ya tenemos alguna pagina web que nos ayude a entenderlo todo mejor........

Mentira. Apenas puedes encontrar webs que te expliquen todo el complejo universo que conforma To Aru. Y esto es una pena pues habrá bastante gente que quizás solo busque combates y le importe una mierda las explicaciones y habrá otros que acabaran perdidos en un limbo de información de orden ni concierto. Esto demuestra lo poco conocida que es esta serie. Que sin ser la puta maravilla del universo me ha conseguido finalmente sorprender.

To aru rompe a medida que avanzan los capítulos todos los jodidos tópicos de los típicos shonen manga y ofrece una historia que aun teniendo algo de desorden la acabaremos con un gran sabor de boca. Unos personajes que en un principio pueden pasar desapercibidos acaban convirtiéndose en el eje central de un arco argumental y ninguno llega a tener un protagonismo absoluto (POR FIN) y algunos además derrochan carisma y misterio por los cuatro costados. Y lo mejor de todo es que es una serie honesta consigo misma que no aspira a ser algo espectacular y cierra todas sus tramas de forma coherente.

Dejaos de paredes y gigantes y descubrid esta pequeña maravilla.


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