sábado, 19 de julio de 2014

Inuyashiki (Hiroya Oku)



Gantz fue uno de los primeros mangas que leí cuando me pico la curiosidad por dicho mundillo, fue la primera colección que inicie seriamente y a sido la primera colección que he abandonado completamente. No por que no me gustase su universo, ni sus personajes, ni su violencia y fanservice extremo. Soy un chaval de pueblo fanático de los tebeos y no hay nada peor para un fanático de los tebeos que ser un chaval de pueblo. No tienes ninguna tienda a mano para pillarte las ultimas novedades en comic americano, manga o europeo, por eso mis viajes a las (ya casi extintas) tiendas de comics de Granada son muy escasas, por lo tanto leo muy poco comic últimamente por que apenas actualizo mi librería. Gantz es una serie fantástica pero apenas se lee en nada (ya que la mayoría de sus viñetas son hostias y mas hostias) y esto no me compensaba para nada.

Sin embargo hoy no vamos a hablar de Kei Kurono y compañía. Hoy me quiero centrar en la ultima obra del tipo que creo el movimiento de las tetas  (ademas de crear para estas tallas de sujetador imposibles). Inuyashiki.

Lo primero que llama la atención de sus primeras paginas, es su escenario puramente costumbrista, algo a lo que Oku no nos tiene para nada acostumbrados ya que el manga se inicia con una familia japonesa normal mudándose a su nuevo hogar y el protagonista en vez de ser un joven rebelde y un poco violento, es un padre de familia que trabaja como oficinista (salaryman japones) y que ya esta entrado en años.

¿Donde están las tetas, la violencia, la sangre y los tacos a tutiplen (dignos de cualquier obra del escoces Mark Millard) ?. Esta vez Oku quiere sentar las bases de su obra lentamente. Por eso las primeras escenas vemos la relación del protagonista con su propia familia (al que por cierto, no tienen mucho aprecio), ademas de su día a día.

Sin embargo algo extraño ocurre y ese anciano al que le dolía la cadera y temblaba constantemente se trasforma en un ciborg, una maquina con armas  destructivas y fuerza sobrehumana. En este momento sonrió, por que vuelve a aparecer el Oku que ya veíamos en Gantz, ofreciéndonos de nuevo escenas muy WTF?? que dejan a uno con cara de poker. Sin embargo el salaryman no empezara a disparar a todo lo que se mueva cuando haya descubierto sus poderes. Sino que empezara a plantearse el origen de estos y su miedo por trasformarse en una maquina deshumanizada, algo que le da una profundidad enorme al personaje principal.

El estilo de dibujo sigue siendo generado por ordenador por lo tanto es perfecto, quizás demasiado. Ya que volvemos a encontrarnos con un dibujo frió, aunque a veces es capaz de sorprendernos.

En definitiva nos encontramos con una obra que de momento no ha sacado su artillería pesada pero avanza a un ritmo aceptable y es bastante rápido de leer. Recomendable, sobre todo si eres fan de Kei Kurono y compañía.

Vamos a terminar hablando de Gantz y mi momento favorito de Inuyashiki. En los últimos capítulos del primer (y único) tomo publicado en Japón. Hay un momento en el que se revela un personaje que esta completamente obsesionado con la anterior obra del autor (teniendo su cuarto lleno de posters). Después aparece otro criticando su fanatismo por que es un manga de mierda y empieza a soltar las criticas de los detractores de Gantz, Este momento de autocritica a molado un huevo.











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