Muchos no lo sabéis pero soy el tipo mas miedoso del mundo mundial. Mis primeros miedos eran muy sencillos, la oscuridad, el no poder ver absolutamente nada en mitad de la noche, me asustaba de forma casi obsesiva. Así que me invente un método por el cual escapaba de las sombras que acechaban.. Dando saltos de rodillas agarrado a los extremos de la cama, balanceándome una y otra vez sin parar. Es una especie de mantra que me ha perseguido durante buena parte de mi infancia.
Los golpes de la ventana. Dios, no soportaba esos putos golpes. Pensaba que era alguien con la habilidad del trepamuros, un ladrón, que esa noche había llamado a mi balcón para poder entrar. Luego cuando me enganche a la pantalla del ordenador tenia un miedo terrible a que algun personaje saliera de la pantalla, me agarrase de la mano y contra mi voluntad me llevase a su mundo virtual. Sin necesidad de Oculus Rift. Luego llegaron los muñecos.
Dios, los muñecos.
Me da pánico ver marionetas, muñecos de trapo, muñecas de porcelana o incluso los muñecos del museo de cera. Mi mente por aquel entonces mas que infantil era bizarra y pensaba que detrás de toda esa mascara de felicidad y cariño que conservan las mariquitas perez, se encontraba un ser diabólico capaz de pintar de rojo la mas oscura de mis noches.
Y de eso precisamente habla el titulo que aquí presento.
Somos un simple guarda de seguridad que consigue un trabajo en un restaurante lleno de muñecos robotizados o animatronics (lo habréis visto en algún capitulo de Los Simpsons), es un restaurante cuyo ambiente quiere trasmitir comodidad, familiaridad y buen rollo. Los chavales disfrutan una barbaridad escuchando la musiquita y viendo la actuación de los muñecos mientras devoran un enorme trozo de pizza. Pero cuando llega la noche, la cosa cambia.
Durante cinco dias controlaremos las cámaras de seguridad del restaurante en horario de madrugada (12:00 de la noche a 6:00 de la mañana). Es un trabajo aburrido, que discurre entre bostezo y bostezo, se hace eterno.
Sino fuera por que los muñecos cobran vida y deambulan por todo el restaurante.
Esto no es Noche en el museo, los animalitos no van a darte un abrazo fuerte, van a ir a por ti y te van a convertir en uno de ellos. Así que tu principal misión es sobrevivir al horario nocturno durante cinco días. Pero esto no es un shotter, de hecho no tienes ningún tipo de arma. Todo el juego trascurre en la oficina del vigilante, al principio de cada noche hay un mensaje en el contestador, avisándonos de los horrores que pueden ocurrir. Las únicas herramientas de las que dispones son un par de puertas a tu derecha e izquierda, luces y la posibilidad de ver cada una de las cámaras de seguridad del restaurante.
Los animatronics irán hacia ti sigilosamente y puedes observar su paso por las distintas habitaciones. Únicamente se pararan si les miras fijamente (como si fueran los Ángeles Llorones de Doctor Who). Puedes tener la mirada puesta en uno pero ten cuidado, por que habrá otros que irán a por ti y nunca hay dos animatronics en una misma habitación. Imagínate ahora que suena una musiquita desalentadora, un amigito desea conocerte, ¿como evitar ser parte del espectáculo? cerrando las dos puertas.
Pero ojo, la electricidad del local se va desgastando, comienzas con un 100 % y poco a poco va descendiendo. Si llega al 0 % todos los sistemas de seguridad y toda la electricidad del local se desvanecerá y solo quedaras tu y esos animalitos de mirada perversa. Vamos a jugar....
Debes ahorrar energía, por lo tanto tus recursos son limitados y estarás expuesto constantemente al peligro. La paranoia te ira consumiendo, el sudor frió te va invadiendo mientras gritas: ¡¡Que cojones ha sido eso!!. ¿Hay movimiento en la cocina?, ¿cuando se va a ir el animatronic que hay justo en frente de mi puerta?, ¿Por que cojines tiene alguien que vigilar este sitio?.
Nos encontramos ante un juego con mecánicas brillantemente diseñadas, capaz de sumergir al jugador de una forma perfecta (algo que no se veía desde Papers ,Please), de enfrentarle a sus peores miedos mientras le acompaña la paranoia (al estilo de Silent Hill 2) e incluso capaz de provocar verdadero terror, las imágenes que vemos no son para nada sangrientas, la salsa de tomate brilla por su ausencia. Si perdemos, veremos una preciosa primera plana de nuestro agresor dedicándonos su mejor sonrisa y al igual que en Slender, todo se volverá borroso. La pantalla de Game Over aparecerá y volveremos al menú de inicio. Si nos preguntamos que demonios nos habrán hecho esos juguetitos, nos lo tendremos que imaginar dentro de nuestras cabezas (como los famosos crímenes de Umineko) y no hay peor terror que el que se produce en nuestra mente.
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