domingo, 27 de julio de 2014

Hablemos de (2): Las series random de Cartoon Network






Seamos sinceros. La televisión ha cambiado demasiado. La televisión ya no es un vertedero lleno de programas de contenido basura, lleno de cotilleo típico de vecinas del quinto que tratan sobre personas que a nosotros nos importa un pimiento. En la pequeña caja se pueden encontrar series de bastante calidad, de tanta calidad que incluso supera a su hermana mayor. Obras como Black Mirror, Dates, Breaking Bad, Mad Men demuestran que la caja ya no es para nada tonta y que en ella se pueden encontrar quimeras de verdadero oro audiovisual.

Sin embargo hay un aspecto dentro de la television que me ha sorprendido para bien y ese es el campo de la animacion. El enemigo numero uno de mi padre cuando mi hermana y yo  eramos unos chiquillos de tierna edad no era la PSOne o la Nintendo64. Era la televisión por cable y el Digital +. Fue gracias al canal Cartoon Network donde descubrí series como El Laboratorio de Dexter, Los Autos Locos o Ed Ed y Eddy. Desperdicie varias horas y días de mi infancia viendo ese canal (incluso me pasaba noches sin dormir). Harto de este comportamiento, mi padre acabo destrozando la antena parabólica y yo volví a estudiar y hacer mis tareas... hasta que llego la PS2.

Todas esas series derrochaban creatividad por los cuatro costados, te lo pasabas tan bien con todos los personajes que incluso te daba igual ver un capitulo repetido. No solo era Cartoon Network, gracias a la desaparecida Jetix (antigua Fox Kids), disfrute de mi primer contacto con el anime (concretamente con One Piece, donde llore como una magdalena por culpa de la saga sobre la infancia de Nami y Zorro).

Los años han ido pasando y mi amor por los dibujos animados no fue decayendo. Muchos debemos agradecer a Canal Sur 2 por traernos animes como Bobobo, Kochikame o Shin Chan. Me volví adicto a las desventuras de una esponja amarilla, que aunque fueran bastante infantiles las coñas estaban tan bien pulidas que siempre me sacaban un par de risas. Odie con toda  mi alma a esa niña mejicana y su mono, ese chaval que se convertía en una serie de Hulks gracias a un puñetero reloj espacial. Poco a poco fui pensando que los chavales de hoy en día estaban completamente perdidos. Se convertirían en marionetas que seguían las instrucciones de esa maldita niña mejicana.

Y entonces aparecio Hora de Aventuras. 

Hora de aventuras se puede definir como un canto a la imaginación. Un universo donde todo es extraño y misterioso pero a la vez familiar y fascinante. Los millones de misterios que se van planteando a lo largo de la serie y la fascinante segunda lectura que se puede sacar de dicho universo hacen que aplauda con todas mis fuerzas y grite ¡¡¡Matemático!!! por todos lados.

Si, efectivamente la serie se esta desgastando. Pero aun saben como mantener mi curiosidad (no como ese cadáver de serie llamada"Los Simpsons") no solo por el hecho de que los guiones sigan planteando cuestiones  interesantes sino por que también saben experimentar con la animación (el episodio de "A Glicht is a Glicht" de David O´Really) o  incluso también saben jugar con la narración (el episodio Thank You o Five Tales, la genial antítesis de Fionna y Cake).

Y luego apareció El Asombroso Mundo De Gumball

La serie de Bocquelet es fantástica. Es cierto que los primeros episodios presentaban el típico esquema de la coña por la coña, una serie de gags sin mucho sentido. Pero lo que impresiona de los Watterson es el gran popurri de técnicas de animación y el extremo cuidado por el detalle a la hora de generar la ambientación.

Pero poco a poco ha ido evolucionando y aunque siguen exactamente con la misma formula del gag por el gag . La serie es capaz de reírse de los tópicos de la televisión, de hacer mil y un chistes sobre la generación conectada a la red y crear uno de los mejores thillers de los últimos años con el episodio "The Remote". En definitiva, siguen el mismo estilo que Padre de Familia o Robot Chicken y gracias a nuestro señor el unicornio rosa no se ha quemado, ni desgastado... de momento.

Y luego aparecio Historias Corrientes 

El planteamiento de Historias Corrientes es bastante molón. Tenemos un ambiente totalmente costumbrista (una ciudad y un parque) donde la gente juega a videojuegos, va a karaokes, toma cafés, todo bastante normal. Pero también tenemos animales parlantes, maquinas de chuches parlantes, fantasmas.... el surrealismo mas puro y absurdo.

La serie sigue el día a día de Mordecay y Rigby. Dos colegas cuya principal afición es jugar a una especie de Super Nintentdo y hacer el vago. Ellos trabajan en un parque y normalmente se encargan de las tareas mas sencillas pero siempre movidos por la curiosidad acaban destapando seres o universos completamente extravagantes. No he congeniado apenas con ningún personaje (salvo por Skips, que se merece una serie propia) y no tengo ningún episodio que me haya gustado especialmente pero lo importante es que da signos de creatividad constantes y juega con sus propias normas, sin plagiar a nadie.

Esta claro lo que les mola a los chavales adictos a los dibujos de hoy en día. Lo random, mundos llenos de imaginación capaces de potenciar la del espectador mas joven y eso es algo que me encanta. Ademas, todos los animadores de todas estas series sienten un amor increíble por los videojuegos retro, se nota mucho la influencia de The Legend Of Zelda en Hora de Aventuras, las coñas a Street Fighter en Gumball o la presencia de las recreativas en Historias Corrientes. Quizás este es el comienzo de una nueva etapa en las series animadas (alejadas ya de Tom y Jerry). 



Hasta que aparecio Johnny Test

ODIO a Johnny Test.




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