En 1924, tras pasar por la revista "España",
Luces de Bohemia se publico en nuestro país gracias al esfuerzo de su propio autor
Valle- Inclán. Esta obra de teatro resulta ser una deformación de la tragedia clásica.
El Esperpento. Un nuevo genero que presenta lugares extravagantes y oscuros poblados por todo tipo de personajes rastreros. Auténticos perdedores conscientes de que su paso por este mundo negro y gris no es, siquiera, destacable, a nadie parece importarle lo mas mínimo y ellos, arrastran este derrotismo allá donde van.
En Luces de Bohemia no solo se puede apreciar esa deformación de todos los elementos presentes en la obra. También es importante señalar
la humanización de los animales y
la animalización de los humanos.
El ser humano aspira a trasformarse en un ciudadano de primera. En un ser que convive con los de su alrededor gracias a una educación que recibe con el paso de los años y que culmina cuando llega a la edad adulta. Con ello, nos marcaremos objetivos, construiremos una personalidad propia, un carácter único y seguiremos caminando por la vida para encontrar el elemento mas importante y mas complejo:
La Felicidad.
El animal, sin embargo, esta condenado a una vida de servidumbre absoluta. Dependerá por completo de su amo y señor. Este, le ofrecerá la comodidad que necesita, hasta que acabe aburriéndose de él. Y entonces, cuando el perro abandone su hogar, buscara a otro amo al que servir y proteger. Al fin y al cabo, el perro es el mejor amigo del hombre.
Esta camaradería entre el animal y el humano se ha visto en el cine desde un punto de vista amable e incluso simpático:
101 Dalmatas,
Siempre a tu lado, Hachiko o, ese fantástico episodio de Futurama,
El perro de Fry. En los videojuegos tenemos a Albóndiga de Fallout o el Nintendogs de Nintendo, donde el propio jugador se encarga de crear este vinculo con el animal.
Todos estos ejemplos contienen historias cuya misión es tocar la patata del espectador, muchas de ellas incluso nos han descubierto esa sustancia, tan rara, llamada "lagrima", que expulsa nuestro ojo. Son historias algo imprecisas pero muy muy emocionales.
Lo mismo ocurre si nos fijamos en la otra cara de la moneda. Aun recuerdo los mensajes que llegaban a mi bandeja de entrada, en la época de hotmail y messenger, donde se relataban historias con tal dureza que conseguían hacernos temblar, pues humanizaban a aquellos que tanto sufrían y tantos maltratos recibían. Los perros.
Es curioso el observar como, inesperadamente, le damos voz a los animales. En la literatura podemos encontrar el entremés escrito por el Manco de Lepanto conocido como "El coloquio de los perros" donde estos disfrutaban, por unas horas, de la capacidad de hablar entre ellos, de expresarse y conversar sobre sus penurias, sus amos y sus andanzas. En el cine tenemos a
Reina y
Golfo,
Doug el perro dicharachero de la brillante
Up,
Charlie y
Richie de "Todos los perros van al cielo" y un largo etc.
Pero muy pocas películas han construido personajes caninos doloridos alrededor de un mundo cruel y despiadado. El film de 1982
"The Plage Dogs" es, aparentemente, la única . Una película de animación que fue capaz no solo de dejar al espectador con un nudo en la garganta sino también de denunciar la utilización de animales para fines experimentales o científicos.
Pero ninguna a seguido este camino. Es normal, pues los seres humanos nos sensibilizamos de una manera increíble con los animales (incluso mas que por los propios humanos),
Hasta Ahora.